Mazda 5
Las ventajas
- Estupenda suspensión y experiencia de viaje
- Un volante preciso y responsivo
- Un interior práctico y una muy útil puerta trasera deslizante
Las desventajas
- Una selección de motores más bien pobre, terrible en la tercera generación
- La proporción de la nueva caja de cambios no ofrece mucha comodidad en áreas urbanas
- Necesita equipamientos más generosos para competir
Descripción
Siguiendo la estela de éxito del MPV francés original, el fabricante japonés decidió lanzar al mercado su propia propuesta compacta, el Mazda 5. Lanzada en 1999, la primera generación fue más bien un producto del montón que no hizo mella en sus rivales. El tiempo ha pasado y el Mazda 5 se encuentra ahora en su tercera generación.
Segunda generación (2005 – 2010):
La segunda generación de siete asientos fue la primera en implementar la organización de asientos “Karakuri” de Mazda, y también incluía una puerta trasera deslizable que facilitaba un poco la descarga de pasajeros o equipajes pesados. El consenso general de la segunda generación era más bien bueno: tenía una buena manejabilidad, una experiencia de conducción envolvente y la disposición de los asientos era muy práctica.
La gama de motores ofrecía algunas verdaderas joyas, los gasolina y en particular el 2.0 litros MZR eran sólidos, silenciosos y ofrecían una buena dosis de potencia estable independientemente de las revoluciones. A su aspecto práctico se le suma su excelente nota en seguridad, con 5 estrellas en el Euro NCAP e incluso 6 estrellas para los pasajeros de delante en la evaluación japonesa.
Tercera generación (2010 – presente):
Todos esperábamos grandes cosas de la última reencarnación del Mazda 5 cuando llegó en 2010. Sin embargo, parece que Mazda dejó pasar la oportunidad de engrandecerse y en su lugar se quedó estático. Mientras la competencia sí que había seguido hacia adelante, la tercera generación parecía simplemente una actualización del mismo coche que vimos cinco años antes. El estilo sí que guarda su seña de identidad, con la pureza de diseño que caracteriza a los japoneses, aunque la estética de esos surcos curvados en los laterales depende del gusto de cada uno.
Bajo el capo, las opciones de motores son algo limitadas, con sólo un motor diésel disponible. Mazda siempre se ha lucido en los motores de gasolina, así que quizá no es tan mala cosa. Sin embargo el 1.6 litros diésel es ‘manso’, por no decir otra cosa. Las opciones de gasolina se reducen a un 1.8 litros de poca potencia y un motor de 2.0 litros que, aunque sí que ofrece algo más de diversión, no parece encajar muy bien con la caja de cambios, lo que hace que sea complicado de conducir a veces. Hay un motivo para que muchos fabricantes estén cambiando a los 1.4 litros turbo y similares para los nuevos MPV, y Mazda se queda atrás por no haberse percatado de eso.
El chasis sí que es estupendo, con un buen control del cuerpo y una suspensión bien construida. Sin embargo, aunque no habrá balanceo que amenace tu comodidad, es posible que el ruido lo haga. La falta de insonorización se hace notar en la tercera generación, y el ruido puede llegar a ser un problema. Por lo menos el interior es agradable, con la muy práctica disposición en siete asientos y una calidad de construcción presente en todos los aspectos.
Conclusión
El Mazda 5 solía ser un MPV competitive, pero la última generación ha hecho más bien poco por continuar hacia adelante. Por otra parte, la competencia sí que ha introducido nuevas selecciones de motor, han copiado la puerta deslizante del Mazda y han añadido un sinfín de mejoras a la ingeniería. Esto ha hecho que Ford, Seat y Opel le pillen la delantera con respecto a lo que Mazda ofrece.